jueves, 28 de febrero de 2013

Corre


Todo el mundo está corriendo hacia ninguna parte, no sabes por qué, corres, te pierdes en la marea, das la vista atrás, tropiezas, caes, y nadie te ayuda a levantarte.

El mundo se rompe, el fuego ha estallado, confusión, caos, una avalancha de gente gritando, corriendo, llorando…

¡Huye! ¡Sálvate! Todo está roto, ya no se puede arreglar.

Sálvate de la cruel persona en la que estás convirtiendo, sin sentimientos, sueños o pasiones.

¡Corre!

miércoles, 27 de febrero de 2013

Pequeña Bufona


Pequeña bufona del Diablo, danzas sin cesar chiscando los dedos, hipnotizando mi alma y acongojando mi corazón.

Ennegreces el suelo que pisas, con una sonrisa dibujada en el rostro y esos brillantes ojos que enmudecen mi alma.

Haciéndome soñar con verte una vez más, con recurrir a ti para calentar mi mundano cuerpo.

Quiero saciar el anhelo de contemplarte, ver mover tu colorido cuerpo; cada aparición es de distinto matiz: rojo, naranja, amarillo, azul, verde… Cambias continuamente, pero te reconozco.

Iluminas mi rostro con tu burlesco baile. Me fascinas, tan pequeña y juguetona, tan alegre y animada, tan dañina y tan necesaria…

Dulce y rebelde llama huída del infierno, donde el fuego reina, permítame dejar de sucumbir al deseo por poseerla, por verla danzar una vez más, por rodearme por su calidez.

¡Qué alguien apague la llama que alimenta mi dolor!

Fuego


Ha empezado el fuego, el caos reina, la tormenta estalla  y todo carece de importancia.

Corre, grita, lucha, el tiempo se acaba, no mires el pasado, no volverá, dejaste todo atrás, y ahora estás envuelto en las llamas de pasión, rebeldía, de todo y de nada.

Te aturde la avalancha de emociones. Encendiste la mecha, perdiste el control, el caos sucumbe a tu mente.

La excitación se percibe en tu mirada, el fuego se extinguió te dejó inconsciente en el suelo después de perturbar tu mente, se fue y te dejó el añoro, el anhelo de más.

Ahora solo el fuego podrá alimentar el ansia de tu corazón.

Inspiración


Valor, Poder y Sabiduría.

Ha regresado entre la lluvia, Ella, tan dulce, tan perfecta, dando luz a cada paso.

Me excita su presencia, mi mente vuela, Ella, tan bella, tan sensual, haciéndome recordar el tacto de sus manos, el sonido de su risa, la fragancia de su pelo…

Me pierdo en el azul de sus ojos, verdes con la luz, grises con la pena y negros con el dolor.

Hace que solo piense en escribir para Ella, ilumina mis noches más frías, dando calor mientras la pluma baña con tinta el papel y las estrellas danzan alrededor de la luna en su manto de negrura.

No puedo dejar de pensar en ella, no borro su recuerdo de mi mente.

Mi musa, mi amor, mi anhelo, mi fuente de inspiración, dulce bella, risueña, pero triste y melancólica como una rosa en un campo de espinas.

Ella es la dueña de mis reflexiones más profundas, aquellas que nacieron en mi corazón y fueron corrompidas por el hielo de mi alma.

Solo Ella es capaz de hacerme escribir, su ausencia me destroza y su presencia me enamora.

Sueños

Sueños… Inalcanzables, efímeros, ilusorios… Sueños… Cosas intangibles, ideas que vuelan por las mentes, colorean la tétrica visión de la vida, dan esperanzas y fuerzas para seguir.

Son dulces, bonitos, tiernos, pero tienen un lado oscuro, solo son sueños, no todos se podrán cumplir, ilusiones, y si alguno desapareciese, dejaría un vacío que jamás nada podrá llenar.

Duele la pérdida, te desmotiva, te hunde en la tristeza y te atrapa entre sus garras de oscuridad.

Pero, una calidez puede colarse por las rendijas y devolverte la sonrisa, la paz, pues aún quedan más sueños por cumplir llenos de esperanza.

Pero no olvidar no caer en las entrañas de la desesperación y seguir soñando.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Demonios


Llovía, el cielo estaba realmente negro, las nubes cubrían todo con su manto gris, el día no podía ser más oscuro y frío.

Me encontraba sentada sintiendo resbalar las gotas por mi pelo mientras observaba el río correr, no podía dejar de llorar, no había nada en mi cabeza que pudiera consolarme, me sentía sola, como si nada hubiera ya en este mundo, como si nadie necesitase de mi, a nadie le importase…

Oía el ruido de los pasos de la gente tras de mi, coches, ese bullicio constante de la ciudad, pero todo estaba muerto para mi. Nada era valioso ni importaba, sólo lágrimas en la lluvia, algo tan efímero y tan carente de sentido, sólo dolor, pena, maldecía mi suerte y mientras la lluvia helaba mis huesos.

La tristeza hacía palpitar mi pecho con un fuerte dolor punzante, me costaba respirar, no podía con la idea de que todo se acabase, sentí el pánico nublando mi mente…

Saqué el móvil del bolsillo para llamarle, pero los nervios me jugaron una mala pasada y resbaló de entre mis dedos. Dejé la mochila a un lado y bajé entre las rocas a por él.

Las gafas se habían empañado a causa de mi respiración agitada, y la lluvia no me dejaba ver, pisé en un mal sitio y resbalé. Me dolía horrores la pierna, vi el móvil caído bajo los maderos, lo alcancé y volví a subir.
Esta vez me senté en las escaleras y dejé pasar el tiempo… Al poco vi pasar por un puente cercano a unas figuras familiares y acto seguido un chico bajó a rescatarme, me abrazó y consoló, me enseñó esa luz que tanto ansiaba, aunque no sabía que mis demonios volverían, estaba mejor, por ahora…

Sombras


¿Te has planteado alguna vez si lo que haces es lo correcto? ¿Si todo tiene sentido? ¿Si vale la pena arriesgarse?

No sabes por qué pero no estás cómodo, tienes miedo, y el pánico te rodea, todo cobra un aire trágico.
Sólo vives porque has de hacerlo, ya todo da igual, si pudiera seguir adelante con lo que quiero hacer, con mis metas, mis ideas, pero no puedo, hay un muro y no puedo escalarlo.

El cielo se oscurece y llueve, los ángeles gritan de dolor, la oscuridad te abruma, todo empeora.
Dolor, miedo, frío, todo se arremolina a tu alrededor, te puede la confusión, sientes por dentro fuego, un quemazón que te pudre por dentro.

Las lágrimas empiezan a brotar de tus ojos, la piel te escuece, el corazón late y sientes que se va a escapar de tu pecho, no aguantas la presión, te derrumbas, el aire te falta, sientes un cosquilleo por tu cuerpo, un sudor frío por la nuca, el miedo se apodera de tu mente.

Dejas de oír los gritos, los aullidos de pena, la lluvia cesa, la luz regresa, pero tú ya estás perdido, ya no volverás, has caído y ya no podrás regresar, en tu mente sólo hay oscuridad, no eres capaz de ver la luz.

Te has perdido entre las sombras.