domingo, 2 de diciembre de 2012

Demonios


Llovía, el cielo estaba realmente negro, las nubes cubrían todo con su manto gris, el día no podía ser más oscuro y frío.

Me encontraba sentada sintiendo resbalar las gotas por mi pelo mientras observaba el río correr, no podía dejar de llorar, no había nada en mi cabeza que pudiera consolarme, me sentía sola, como si nada hubiera ya en este mundo, como si nadie necesitase de mi, a nadie le importase…

Oía el ruido de los pasos de la gente tras de mi, coches, ese bullicio constante de la ciudad, pero todo estaba muerto para mi. Nada era valioso ni importaba, sólo lágrimas en la lluvia, algo tan efímero y tan carente de sentido, sólo dolor, pena, maldecía mi suerte y mientras la lluvia helaba mis huesos.

La tristeza hacía palpitar mi pecho con un fuerte dolor punzante, me costaba respirar, no podía con la idea de que todo se acabase, sentí el pánico nublando mi mente…

Saqué el móvil del bolsillo para llamarle, pero los nervios me jugaron una mala pasada y resbaló de entre mis dedos. Dejé la mochila a un lado y bajé entre las rocas a por él.

Las gafas se habían empañado a causa de mi respiración agitada, y la lluvia no me dejaba ver, pisé en un mal sitio y resbalé. Me dolía horrores la pierna, vi el móvil caído bajo los maderos, lo alcancé y volví a subir.
Esta vez me senté en las escaleras y dejé pasar el tiempo… Al poco vi pasar por un puente cercano a unas figuras familiares y acto seguido un chico bajó a rescatarme, me abrazó y consoló, me enseñó esa luz que tanto ansiaba, aunque no sabía que mis demonios volverían, estaba mejor, por ahora…

Sombras


¿Te has planteado alguna vez si lo que haces es lo correcto? ¿Si todo tiene sentido? ¿Si vale la pena arriesgarse?

No sabes por qué pero no estás cómodo, tienes miedo, y el pánico te rodea, todo cobra un aire trágico.
Sólo vives porque has de hacerlo, ya todo da igual, si pudiera seguir adelante con lo que quiero hacer, con mis metas, mis ideas, pero no puedo, hay un muro y no puedo escalarlo.

El cielo se oscurece y llueve, los ángeles gritan de dolor, la oscuridad te abruma, todo empeora.
Dolor, miedo, frío, todo se arremolina a tu alrededor, te puede la confusión, sientes por dentro fuego, un quemazón que te pudre por dentro.

Las lágrimas empiezan a brotar de tus ojos, la piel te escuece, el corazón late y sientes que se va a escapar de tu pecho, no aguantas la presión, te derrumbas, el aire te falta, sientes un cosquilleo por tu cuerpo, un sudor frío por la nuca, el miedo se apodera de tu mente.

Dejas de oír los gritos, los aullidos de pena, la lluvia cesa, la luz regresa, pero tú ya estás perdido, ya no volverás, has caído y ya no podrás regresar, en tu mente sólo hay oscuridad, no eres capaz de ver la luz.

Te has perdido entre las sombras.