miércoles, 27 de febrero de 2013

Pequeña Bufona


Pequeña bufona del Diablo, danzas sin cesar chiscando los dedos, hipnotizando mi alma y acongojando mi corazón.

Ennegreces el suelo que pisas, con una sonrisa dibujada en el rostro y esos brillantes ojos que enmudecen mi alma.

Haciéndome soñar con verte una vez más, con recurrir a ti para calentar mi mundano cuerpo.

Quiero saciar el anhelo de contemplarte, ver mover tu colorido cuerpo; cada aparición es de distinto matiz: rojo, naranja, amarillo, azul, verde… Cambias continuamente, pero te reconozco.

Iluminas mi rostro con tu burlesco baile. Me fascinas, tan pequeña y juguetona, tan alegre y animada, tan dañina y tan necesaria…

Dulce y rebelde llama huída del infierno, donde el fuego reina, permítame dejar de sucumbir al deseo por poseerla, por verla danzar una vez más, por rodearme por su calidez.

¡Qué alguien apague la llama que alimenta mi dolor!

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