jueves, 9 de agosto de 2012

El Lago


El reflejo de la brillante luna en el oscuro lago era hipnotizante, sentadas en la orilla, ella fija en la nada acariciándome la melena. Me apoye en su hombro y se despertó de su ensoñación. Me Abrazó fuerte como si mañana no hubiese.
-Sandra, te quiero, nunca me dejes. – Me susurró con su melodiosa voz.
-Tranquila, estaremos juntas para siempre.
Nos fundimos en un dulce beso lleno de pasión.
-Me apetece un baño nocturno.- dijo mientras se acercaba a el agua.
-Yo te espero aquí.
Se quitó el vestido y se zambulló en el agua.
Cogí la cámara y continué haciendo recuerdos de este maravilloso fin de semana en el lago.
De pronto, una luz salida del fondo del lago atrapó a Marina y se la llevó consigo. Me Levanté velozmente, grité su nombre, no contestó. Nerviosa, me tiré con ropa y todo al agua. Nadé, buceé, la busqué por todo el lago. Salí y seguí buscando por los alrededores. Cesé en la fallida búsqueda.
Mi amada Marina... ¿Dónde estás? 

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