miércoles, 23 de diciembre de 2009

Gotas Escarlatas


El sonido del crujir de mis pisada sobre la acera nevada me taladra los tímpanos. Camino sola con la ropa empapada y el cabello oscuro lleno de copos de nieve.
Recuerdo todo lo ocurrido como un fugaz destello, brillante, impactante y envolvente
Todo ocurrió un día gris que amenazaba lluvia. Estaba tirada en el sofá haciendo zapping cuando recibí una llamada de socorro de una amiga.
Corrí velozmente entre nieve y hielo, llegue hasta la entrada de su casa, me acerque al porche, una gota callo sobre mi rostro, agache la cabeza, vi la mancha escarlata sobre la nieve y mire rápidamente arriba, yacía colgado el cuerpo de mi amiga, inmóvil y sin vida.
Retrocedí un par de pasos atemorizada, histérica, me di la vuelta alterada, buscando algo, alguien a quien pedir auxilio. Nada. Nadie. Mis piernas fallaron y las lagrimas brotaron sin cesar. Mi amiga, mi mejor amiga, había muerto porque no llegue a tiempo. La culpa y la tristeza eran con la ponzoña por mi cuerpo, por mis venas, por todo mi ser.
Cuando logre recuperarme mire el cuerpo. Las manos atadas con una soga ensangrentada, las cuencas de los ojos vacías, no había rastro de ninguno de sus dientes, tenia la cara desfigurada, en el cuello tenia marcas de cortes al igual que en los brazo y piernas, no llevaba ropa, solo una sabana fina, era difícil de distinguir si era ella o no. Seguí el camino de la soga con la mirada, estaba sujeta con un clavo en el tejado, en el se encontraba una figura oscura con un cuchillo en la mano, una mascara tapándole el rostro y un sombrero de copa. Daba autentico temor. Desconcertada retrocedí aun mas, intentando alejarme de la casa, del cuerpo y del hombre que me miraba con esos ojos amarillos impactante. Me levante y corrí vuelta a casa, pero antes de llegar gire hasta la comisaría. Una vez dentro me interrogaron, les conté todo lo que vi hasta la llamada << ¡Espe! Corre, he oído ruidos, tengo miedo, hay alguien rondando por el jardín>> también les conté los ruidos que escuche detrás.
Salí de la comisaría y al acercarme a un callejón unas manos salidas de la nada me agarraron, intente gritar pero me era imposible. Una de las manos que me sujetaban desapareció un momento, saco una jeringuilla, el pánico asomaba por mis ojos, la coloco en mi cuello, la sangre huyo de mi rostro y en pocos segundos perdí la conciencia.
Estaba todo oscuro, no veía nada, me sentía como flotando en la nada. ¿Habré muerto? ¿Quien será el hombre aquel del tejado? ¿Por que habrán matado a mi amiga?

1 comentario:

  1. Yo sé quien ha sido. Tiene muchos nombres, muchas formas, es un ente que siempre sobrevive, que cabalga en todas las épocas.
    No es su trabajo, pero vive con ello. Su nombre provoca pavor, terror, incluso en algunos felicidad. Jamás se le ve, jamás deja huella. Su nombre más conocido es:
    ¡Aaaaaaaaaarggggggg!
    ¡Me muero!
    ¡Hala! ¡Ya estoy muerto!
    Y no me dejan acabar la frase.

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